México D.F (03/DIC/2015).-
El Financiero

Apenas recibió su aguinaldo, pero ya lo debe. Se sintió mal cuando fue a sacarlo del banco porque sabía que el fajo de billetes sólo estaría con ella un día. Por eso lo metió a su chamarra y lo acarició desde que lo tuvo en sus manos hasta que llegó a su hogar y comenzó a contarlo para repartirlo al pago de la luz, cable, Internet, tarjetas… ¿Tarjetas? Sí, especialmente tarjetas bancarias.

Edna López se reconoce como “gastalona”. Y no puede evitarlo. Simplemente ve algo que le gusta y lo consigue. ¿Una bolsa en el centro comercial? Es suya. ¿Camisas? También. ¿Zapatos? Los quiere todos.

La asistente de mostrador tiene 31 años de edad y reconoce que no tiene un plan de ahorro para la vejez o el retiro laboral.

Nunca ha analizado su tiempo tan a la distancia, sólo sabe que hay accesorios de su gusto y que, gracias a las tarjetas de crédito, le es posible adquirirlos de inmediato e irlos pagando cuando pueda, aunque el tiempo y los intereses acumulados se coman sus ingresos.

“No le alcanza”

El profesor Alfonso Doñate rebasa los 30 años y es otro que no tiene idea para un plan de ahorro para el retiro.

Comenzó su vida laboral con tres mil pesos mensuales. Hoy, sus ingresos son cinco veces más que esa cifra, pero el dinero sigue sin ajustarle porque hay una razón de peso: los eternos pendientes.

Que las llantas rebasaron su vida útil. Que el refrigerador ya no enfría. Que el auto necesita su servicio… La lista de etcéteras es larga. “Llego pisando raya (…) No he logrado nunca que me alcance el dinero”.

Aunque pensó en ahorrar, el problema está en esa promoción que habilitó su compañía telefónica en esta temporada decembrina. “Y cómo no: ¿Pagar seis meses del plan y llevarse el año entero de servicio? ¡Dónde hay que firmar!”.

“Cuando he logrado ahorrar es cuando me llega algún bono (…) Pero luego sucede algo y termino agarrando el bono”. Su destino, lamenta, es como su quincena: ambos están llenos de imprevistos.

La recomendación

Ante las dos historias, los expertos coinciden en que se debe estimular el ahorro voluntario a largo plazo. Por ello, además de la aportación obligatoria en las llamadas Afores, la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) tiene una recomendación para incrementar estos fondos a través de las aportaciones voluntarias.

La regla consiste en empezar a ahorrar 9.1% del ingreso del trabajador desde los 25 años hasta la edad del retiro. Así se alcanzaría una pensión con el 70% del último salario cotizado.

En cambio, si Edna y Alfonso no hacen lo contrario, cuando tengan 55 años la sugerencia será ahorrar 72% de su salario hasta la edad del retiro (65 años).

En este escenario y siguiendo la recomendación, si el salario promedio de un trabajador es de $8,401 pesos mensuales (según registros del IMSS y sin reducir impuestos), éste ahorraría 366 mil pesos de forma voluntaria y otros 329 mil a través de las aportaciones obligatorias en su Afore. Casi 700 mil pesos en fondos de ahorros para su vejez.

Es la recomendación de expertos.

LA VOZ DEL EXPERTO

Lo ideal: 30%

Enrique Cuevas Rodríguez
Un ahorro mínimo e indispensable para alcanzar a “sobrevivir” durante la vejez debería ser de 10% del salario mensual de un trabajador. Sin embargo, para tener una vida digna en esa etapa debería ser de 30 por ciento.

El problema es que los salarios promedio del país no dan para tener ese ahorro. La respuesta es simple, ya que en México, 75% de la población no rebasa los cinco salarios mínimos… a lo mucho gana 10 mil pesos mensuales (por lo que debería de ahorrar tres mil pesos en el segundo supuesto que propone el académico). Y en caso de que se incentive el ahorro de los trabajadores, éstos deberían endeudarse para cubrir sus necesidades básicas.

Por eso el problema principal que inhibe el ahorro son los bajos ingresos y salarios, la gente gana tan poco que un ahorro del 33% o la tercera parte de sus ingresos es una utopía.

Comenta que un verdadero incentivo sería que las Afores ofrecieran rendimientos más altos, ya que actualmente con el interés de las instituciones el ahorro crece lento.

Evitar gasto “hormiga”

Ricardo Arreguín (asesor de Afores)
Es usual que las personas digan que no tienen dinero o que no les alcanza para ahorrar, pero una vez que se identifique el monto que representan los gastos “hormiga” o innecesarios, la situación cambia.

Por ejemplo, lo que se desembolsa en productos como cigarros, refrescos u otros productos que generan adicción pueden ser prescindibles y, después, redirigirse a un fondo voluntario de ahorro. Esos (despilfarros) en lugar de ayudarnos nos perjudican… muchas veces representa más de 10% de los ingresos y ese dinero podría ahorrarlo cualquier persona, incluso los que ganan poco. Es cuestión de organizar los gastos.

Las personas que quieran ahorrar voluntariamente deben saber en cuál régimen cotizan, ya que a partir de 1997 se reformó la Ley del Seguro Social: en el anterior esquema se hace cargo el IMSS, y después de esa fecha se puede tomar como intermediario a una Afore. Lo importante de hacer aportaciones voluntarias del 10% del salario, es que la pensión se elevaría a 70% del sueldo previo al retiro. Quedaría casi al mismo nivel de vida que se llevaba.

Las Afores, insuficientes

Si en algo coinciden los especialistas en planes para el retiro y la autoridad es en que la cantidad que un trabajador ahorra obligatoriamente a través de una Afore (Administradora de Fondos para el Retiro) no le alcanzará para jubilarse en el futuro de forma digna. En esta situación se encuentran 54.2 millones de mexicanos registrados en una Afore, según la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).

En total, los recursos registrados bajo esta modalidad alcanzan los 3.6 billones de pesos (MDP), que repartidos entre el total de cuentas registradas, arrojan un promedio de ahorro por cuenta de 66 mil 817 pesos.

Una de las explicaciones es que la tasa de contribución obligatoria en las Afores, que corresponde al 6.5% del salario de cotización del derechohabiente, es de las más bajas a nivel internacional. La tasa de países como Israel, Colombia y Suecia es superior a 15 por ciento.

“Dado que el ahorro obligatorio para el retiro es relativamente pequeño, es de esperarse que, de no incrementarlo, el monto que acumulen al final de su vida laboral será insuficiente”, apunta la Consar.

En este contexto, considera impostergable incrementar no solamente la tasa de las aportaciones obligatorias sino también ahorrar para el retiro de manera voluntaria.

Para este mes, Carlos Ramírez, presidente de la Comisión, recordó que entregaron una propuesta a la Secretaría de Hacienda para que de manera directa los patrones descuenten a los trabajadores un porcentaje mínimo que sea destinado al ahorro voluntario, aunque el trabajador será el que tome la decisión.

La situación en el país es preocupante: del total de los recursos económicos pertenecientes a las cuentas del retiro, sólo 1% corresponde a las contribuciones voluntarias.

En este escenario, especialistas aceptan que el sistema de pensiones está obligado a reformarse. La Consar, por su parte, recomienda que los empleadores y el Gobierno otorguen incentivos y mecanismos para que el trabajador esté dispuesto a ahorrar, adoptar la educación financiera y favorecer mecanismos sencillos para realizar aportaciones voluntarias.

La Comisión Nacional es contundente: “Las aportaciones voluntarias para el retiro deben iniciarse a la brevedad a una edad temprana. Posponer este tipo de ahorro y dejarlo para una edad madura o en la víspera de la tercera edad no es una buena estrategia, si se desea contar con un retiro cómodo al final de la vida laboral”.

El Afore es el instrumento con el que cuentan por ley todos los trabajadores afiliados al IMSS o ISSSTE y es donde se guardan todas las aportaciones obligatorias realizadas cada mes.

Según proyecciones del economista del Aspen Institute en México, Luis de la Calle, aquellos que se retiren en el año 2035, cuando los primeros aforados van a jubilarse, recibirán apenas 20% de lo que ganan.

A partir de 1997 se reformó la Ley del Seguro Social para dar nacimiento a las Afores, las cuales son instituciones financieras privadas encargadas de administrar el dinero de los trabajadores tanto del IMSS como del ISSSTE.

Por otra parte, las aportaciones voluntarias son los depósitos que de manera personal pueden realizar los trabajadores a una cuenta individual a su nombre con el fin de incrementar su patrimonio o complementar su ahorro para el retiro.

EL DATO
70% de los ingresos

Los expertos estiman que se necesitará un 70% de los ingresos de su último empleo para mantener el nivel de vida cuando deje de trabajar.

EL FONDO
Intocable

No toques tu ahorro para el retiro, ya que con esto perderá capital e intereses, además de algunos beneficios fiscales en el caso de las Afores.

Por ejemplo, el ahorro voluntario para el retiro es deducible de impuestos en México; sin embargo, en la mayoría de las Afores hay que hacer este proceso a través de una declaración fiscal.

SABER MÁS
Sector marginado

• Cuatro de cada 10 adultos mayores no cuentan con ahorros para mantenerse.
• El estudio de la Consar “Ahorro y futuro. ¿Cómo viven el retiro los mexicanos?”, señala que más de la mitad no han hecho planes para el retiro.
• La investigación también consigna que más de la mitad de los adultos mayores de 65 años sigue trabajando por necesidad. Y nueve de cada 10 mexicanos al final de su vida laboral activa se arrepienten de no haber ahorrado para ese momento.

BUENAS PRÁCTICAS
Tipos de ahorro voluntario a través de las Afores

Dependiendo de las metas hay tres alternativas, de acuerdo con Consar:

Corto plazo. Si piensa utilizar el dinero en un periodo corto sería su mejor opción de inversión, porque puede disponer del dinero a partir de los dos meses.

Mediano plazo. Sus ahorros deben permanecer invertidos un mínimo de cinco años. Entre más tiempo quede invertido el ahorro generará mayores ganancias.

Largo plazo. En este tipo de ahorro la inversión debe permanecer en su cuenta hasta que cumpla 65 años de edad. Si se deja hasta ese plazo obtendrá un beneficio fiscal.

Los beneficios

• Altos rendimientos. Superiores a los de cualquier otra alternativa de ahorro de largo plazo.

• Fiscales. Puede ser deducible de impuestos.

• Flexibilidad. Lo hace de acuerdo con sus posibilidades y cuando usted lo decida.

• Facilidad. Para realizar sus aportaciones voluntarias a la vuelta de la esquina y desde su hogar.

• Seguridad. Su inversión está segura porque las Afores son supervisadas por la Consar diariamente y puede revisar cómo crece su dinero en su estado de cuenta.

• Disposición de recursos. En caso de requerirlo puede disponer de sus recursos a partir de los dos meses.

• Mejor pensión. Con esta opción puede sumar a su retiro y obtener una mejor pensión.